Ver la vida como una mujer
Creo que una de los mayores dificultades en las cuestiones de género es lo complicado que se nos hace ponernos en la piel del otro sexo.
Cada uno está pendiente de sus desafíos y de sus conflictos y no nos esforzarnos en ver el mundo desde el prisma del otro.
Cómo hombre me cuesta mucho ver la vida como una mujer y entender algunas de sus problemáticas .
Por ejemplo cuando me hablan de recibir piropos como un problema, me cuesta mucho verlo así, como un problema.
Yo se la intención con la que le digo a una mujer algo que creo que es bonito, sin embargo no tengo ni idea de que manera lo interpreta ella o que ha pasado en su vida el resto del día.
No puedo imaginar cómo es tener miedo al pasear por la calle cuando sientes las miradas de otros hombres, nunca me ha ocurrido algo así.
No tengo ni idea de que se siente cuando te tratan como si no pudieras hacer las cosas por ti mismo y le pidieran a tu pareja que hablara por ti.
No se que siente alguien cuando le tratan como solo como un objeto sexual.
Este vídeo que vi el otro día me hizo reflexionar sobre estas cosas y te gustará mucho que lo vieras.
Hay algo que escribió el maestro Galeano que siempre me ha encantado.
Eduardo Galeano – La mujer sin miedo
Hay criminales que proclaman tan campantes ‘la maté porque era mía’,
así no más, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer.
Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar ‘la maté por miedo’,
porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo.”
Pero el entendimiento es algo que tenemos que mejorar por los dos lados.
Jess Browne – Si las mujeres entendieran
Si las mujeres entendieran… que los hombres también tienen miedos, pero sin tanto permiso para mostrarlos.
Que hay emoción en el ruido de un motor o en el grito de un gol.
Que valoran mucho más el exceso de sonrisas que tres kilos menos.
Lo abrumador de ser el sostén económico de una familia.
Lo que es tener que ser valiente, poderoso y exitoso a toda hora.
Lo molestas que son las comparaciones con “el marido/novio de”.
La necesidad que tienen de un abrazo que no siempre saben pedir.
Lo difícil que es comprender lo que nunca les han enseñado.
Las lágrimas que no se animan a llorar.
El poder que tenemos sobre ellos.
Que ellos también pasan noches sin dormir.
Que necesitan silencio como nosotras charla.
Que no andan por la vida pensando en cómo lastimarnos.
Que son más débiles de lo que su altura y músculos dirían.
Que sacar lo mejor o peor de ellos está en nuestras manos.
Que piensan y razonan diferente.
Que sienten muy parecido.
Que demuestran sentimientos como pueden o como aprendieron.
Si las mujeres entendiésemos todo esto, si lográsemos mirar más allá de algunos olvidos, si nos diéramos cuenta de que no hay todos o ninguno, si pudiésemos sentir que para ellos la mejor demostración de amor es habernos elegido, si las mujeres bajáramos un poquito la guardia, los reproches y tantos reclamos, si pudiéramos incrementar las sonrisas, los brindis y la picardía y si los dejáramos hacer sin tanto mandato ni expectativa, comprenderíamos que somos lo que le da sentido a sus vidas.
Como mujeres, novias, madres, hijas, hermanas o amigas.
Al final del día, donde se acaban las bromas, donde no hay público ni formas, donde solo queda un hombre y sus latidos, ahí estamos nosotras… con el que cada una eligió.
¿Cómo te has sentido al ver el vídeo? ¿Puedes entender un poco más como es ver la vida como una mujer?
Comparte este post si crees que aporta valor y juntos haremos que el mensaje de la unidad y la empatía entre hombres y mujeres llegue mucho más lejos.